Aprender a elegir nuestra actitud
Aprender a encontrar paz en el caos, es un desafío que tenemos todos. Personalmente, tuve una época donde sentía mucha ansiedad, hasta que me dí cuenta que tenía que hacer muchos cambios en mi vida para que mantenerla dentro de los niveles tolerables y saludables para mi.
En este post, te cuento los hábitos que construí, que me impiden llegar a niveles extremos de ansiedad.
– No postergo absolutamente nada y no acumulo asuntos pendientes: Si tengo algo que hacer, lo resuelvo. Cuanto antes lo hago, mas espacio tengo en mi mente. Ejemplo: Tengo que sacar un turno al médico, sé que si lo pienso demasiado no lo hago, entonces en lugar de pensar las buenas razones que tengo para postergarlo, actúo. Tengo un trabajo que hacer entre tantas otras cosas, no lo postergo porque no le puedo dedicar todo el dia, le dedico al menos quince minutos para sentir que avanzo.
– No fantaseo sobre el futuro, lo planifico sabiendo que puede modificarse.
– Duermo: Cuando me acuesto lo hago para dormir y descansar. Si estoy pensando en algo que siento que no puedo dejar de pensar, lo hago en otro espacio de la casa.
– Manejo mis pensamientos: Lo que pienso no son hechos. Partiendo de esta premisa, me pregunto: lo que pienso, es una fantasia, una suposición o una superstición? Lo que pienso, lo pienso porque me da miedo, porque es algo que me incomoda, algo que me enoja, o algo que me hace sentir triste?. Lo que pienso, ¿lo puedo resolver ahora?
– Me rodeo de las personas que me dan tranquilidad. No paso tiempo con personas con las cuales no me siento cómoda.
– Me muevo. Ejercito, camino. Me permite tener claridad mental, movilizo mis ideas, recuerdo momentos felices, puedo tener un orden mental. Ejercito mi capacidad analítica y creatividad.
– Soy honesta conmigo misma. De esa manera puedo tomar mejores decisiones. Si algo me molesta, o me moviliza, intento identificar de qué manera lo hace y por qué. No evado mis pensamientos, mis emociones. Y cumplo con lo que me digo. Si digo que voy a hacer algo, lo hago. No me miento.
– Me permito sentir lo que siento aunque sea displacentero. Soy un ser humano, no una olla a presión. Si actuo mis emociones me lleva a conflictos que no quiero tener.
– Actúo teniendo en cuenta que es lo mejor para mi. Si sé que en un momento, lo mejor para mi es guardar silencio, aunque me cueste, intento hacerlo para evitar generarme nuevos problemas. Si se que lo mejor para mi, es afrontar mis miedos, hago lo que tengo que hacer con miedo y todo. No es sencillo, ni debería serlo, pero se que es lo mejor para mi vida.
La vida cambia cuando aprendemos a quitarle el poder a la mente de que sea ella la que nos gobierne a nosotros.
Se puede. Siempre se puede. En este link te dejo una guía gratuita sobre los 12 tipos de pensamientos negativos que generalmente tenemos y cómo podemos manejarlos.
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Gracias por leer!
Lic. Gabriela Rivera