Reconocer para Resolver

“Ir a terapia no te crea ni te destruye, solo te transforma”

 

A algunas personas nos pasa que, en ciertos momentos de nuestra vida, nos damos cuenta de que algo no está yendo como debería.

Pudo haber pasado algo concreto, dificultades en nuestras relaciones, angustias intolerables, ansiedades o inseguridades. Motivos hay tantos como personas en el mundo.

Quizá también puede suceder que nos demos cuenta de que llevamos demasiado tiempo sin sentir alegría, plenitud, tranquilidad, placer o felicidad. Y desconocemos los motivos.

Ahora bien, ante eso, hay tres opciones:

Hacer terapia, buscar ayuda no profesional (por ejemplo: hablar con un amigo o amiga de confianza o ir al gimnasio) o no hacer nada.

No hacer nada o buscar ayudar en cualquier persona menos en un profesional, puede traerte mayores problemas. Insomnio, depresión (la angustia se hace crónica), evitaciones, nudos en la garganta, dolores en el cuerpo, entre otras cosas.

Generalmente, hace terapia aquel valiente que es capaz de reconocer que tiene un determinado problema y lo quiere resolver.

  • Es una forma de regalarte tiempo para vos. Una forma de amor propio.
  • Aprendes a analizar los por qué y para qué, de las cosas que te pasan.
  • Encontras respuestas, te haces nuevas preguntas.
  • Tenes un lugar donde ir a hablar de tu angustia, lo que hace que ésta disminuya.
  • En el consultorio te espera otro ser humano igual que vos, con una escucha atenta y orientación para darte.
  • Aprendes a responsabilizarte y a hacerte cargo de vos mismo/a.

Se trata de romper con los mitos, con las excusas y los miedos. Hacer terapia es invertir en salud mental. Es querer estar mejor. Es barajar y dar de nuevo. Evolucionar. Avanzar. Quererse uno mismo y aprender a querer a los otros más y mejor.

Si sentís que te gustaría hacer una consulta, escribime y te puedo dar más información.

 

Lic. Gabriela R. Rivera

 

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